Segunda parte
Cuando la mente creativa no necesita de la suerte
Retomando nuestras reflexiones acerca de la inclinación a creer en la suerte y cómo tal creencia se relaciona con una forma tosca de pensar, podríamos decir que el individuo en tal situación desdeña su propia capacidad y subestima o ignora su talento. Y dado que cada uno logra el éxito o el fracaso en función de las capacidades y conocimientos que efectivamente posee, surge que quien cree en la suerte y en la casualidad termina en la inmovilidad de su mente frente a quien, conociendo su talento y capacidades, puede aprovechar creativamente las oportunidades.